Si visitas el templo zen más antiguo de Kioto, Kennin-ji, es una oportunidad perfecta para sanar el corazón en la quietud y acercarte al mundo del zen.
Fundado en la época Kamakura, Kennin-ji tiene un alto valor histórico y cultural, y cuenta con varios jardines bellos y famosas pinturas en fusuma que son sus principales atractivos.
En este artículo presentamos el encanto de Kennin-ji, sus puntos de interés y información útil para la visita.
¿Qué es Kennin-ji?
Kennin-ji (建仁寺) fue fundado en 1202 por el maestro zen Eisai y es el templo zen más antiguo de Kioto.
Eisai, quien difundió el zen en Japón, también es conocido por introducir la cultura del té; por ello Kennin-ji se considera a menudo la cuna del “té y el zen”.
Kennin-ji es la sede principal de la escuela Rinzai y, como uno de los cinco grandes templos de Kioto, sigue siendo un lugar donde muchos monjes continúan su práctica.
Puntos de interés en Kennin-ji
Fūjin y Raijin (風神雷神図)
Una de las imágenes emblemáticas de Kennin-ji es el “Fūjin Raijin-zu” pintado por Tawaraya Sōtatsu.
Esta pintura en fusuma, que muestra a Fūjin (dios del viento) y a Raijin (dios del trueno) enfrentados, impresiona por su fuerza y es muy popular entre los visitantes.
El original se conserva en el Museo Nacional de Kioto, pero en Kennin-ji se puede ver una magnífica réplica.
Jardines
Kennin-ji tiene varios jardines hermosos, y en especial sus jardines karesansui (jardines secos de roca) cautivan a los visitantes.
Entre los jardines representativos están el “Chōon-tei” (潮音庭) y el “○△□ no niwa” (○△□の庭), cada uno de ellos reflejando el espíritu del zen.
En la naturaleza y la tranquilidad podrás disponer de un tiempo para contemplarte a ti mismo.
Pintura del techo del hondō: “Sōryū-zu” (双龍図)
Otra obra que no te puedes perder es la pintura del techo del hondō llamada “Sōryū-zu”. Pintada por el artista Koizumi Junsaku, esta gran obra representa de forma dinámica a dos dragones danzando en el cielo.
Es una pieza muy impactante que fusiona motivos tradicionales japoneses de dragones con una sensibilidad moderna.
Experiencias en Kennin-ji
Experiencia de zazen
En Kennin-ji se organizan sesiones de zazen con regularidad. Pueden participar principiantes y se enseña lo básico del zen y técnicas de respiración.
A través del zazen podrás calmar la mente y pasar un rato alejado del bullicio cotidiano.
Experiencia de la ceremonia del té
Tocar la “cultura del té” que transmitió Eisai es otra experiencia característica de Kennin-ji.
Mediante una experiencia en la sala de té, podrás sentir el espíritu tranquilo y el protocolo refinado del té japonés.
Información para la visita
Acceso
Kennin-ji se encuentra en el distrito Higashiyama de Kioto, a unos 10 minutos a pie desde la estación Gion-Shijō.
Está cerca de otros puntos turísticos como Kiyomizu-dera y el santuario Yasaka, por lo que es un lugar conveniente como base para el turismo en Kioto.
- Dirección: Komatsu-chō, Kawaramachi-dōri Shijō-sagaru, Higashiyama-ku, Kioto, Prefectura de Kioto
- Acceso: A unos 10 minutos a pie desde la estación Gion-Shijō de Keihan, y unos 15 minutos a pie desde la estación Kawaramachi de Hankyū
Tarifas y horario
- Tarifa de entrada: Adultos 800 yenes
- Horario: 10:00〜16:30 (última entrada a las 16:00)
- Días de cierre: No hay un día de cierre fijo, pero puede cerrar en Año Nuevo.
Preguntas frecuentes
P1: ¿Cuánto tiempo se tarda en visitar Kennin-ji?
R: Normalmente conviene reservar entre 1 hora y media y 2 horas para ver los jardines, las pinturas en fusuma y realizar una experiencia de zazen.
P2: ¿Es necesario reservar para la experiencia de zazen en Kennin-ji?
R: No es obligatorio reservar, pero puede ser útil comprobar con antelación porque puede haber aglomeraciones.
P3: ¿Se puede visitar con niños?
R: Sí, Kennin-ji es popular entre las familias. Puedes experimentar el mundo del zen junto con tus hijos.
Resumen
Kennin-ji es uno de los lugares que vale la pena visitar cuando viajes a Kioto.
Puedes contemplar obras de arte como el Fūjin Raijin-zu y el Sōryū-zu, calmar tu mente en hermosos jardines y acercarte a la cultura zen japonesa mediante experiencias de zazen y de la ceremonia del té.
Su cercanía a Gion y Kiyomizu-dera también lo hace muy accesible.
Es un lugar recomendado para quienes desean reflexionar sobre sí mismos y refrescar el espíritu en la quietud.